miércoles, 20 de agosto de 2008

El único equipaje que llevo en el corazón

Existen días en los que estás perdido. Por dentro y por fuera. También existen semanas, quincenas o incluso meses. Y no te encuentras, y no sabes por qué. Y caes en un agujero del que no puedes salir por mucho que alces la cabeza y veas la esperanza como ese puntito de luz allá a lo lejos. No puedes saltar, ni escalar, ni tan siquiera gritar. Estás ahí solo, en silencio, y ves desde tu agujerito como pasa la vida. Tu vida.


Entonces alguien te coje la mano y tira de ti. Con fuerza, con brío. Pero tu no puedes levantarte de tu agujero por mucho que sepas que esas personas quiere que salgas de ahí. Te pesan los brazos, el culo, las piernas, los párpados... El alma. Crees que está todo perdido, que la vida puede seguir sin ti, que el show puede continuar sin que haga falta que tú estés en él.








Pero te dejas llevar, destensas los músculos y te dejas arrastrar hasta la luz por esas manos fuertes que te aferran a la vida.Y un día abres los ojos y allí estás, donde empezaste, en el borde del agujero. Con la oscuridad a tus pies y rezando para no caer. Nunca más.


Gracias por este verano,que, sin duda alguna, ha sido el mejor de mi vida. No ha pasado un segundo en el me haya sentido sola, vosotras siempre habéis estado ahí, habéis conseguido levantarme el ánimo con vuestras sonrisas, habido grandes momentos en los que habéis conseguido que olvide la penas, habéis aguantado mis silencios, mi malos ratos, habéis aguantado lo inaguantable y gracias a vosotras se que puedo, porque sois el único equipaje que llevo en el corazón.

Ana, Laura y Jeni, gracias por cada segundo, OS QUIERO