lunes, 22 de diciembre de 2008

Feliz Navidad

No pretendía ser todo en su vida,
en verdad no lo pretendía…
quizá nunca sería el momento…
pero esperé en mis labios secos sus besos,
y sus caricias en mi piel sedienta…
esperé lo que no es mío…

Y luego del después entendí cual era mi lugar,
y yo seguía, yo caminaba, yo sonreía, yo respiraba,
pero el lamento me salía del alma…
cada latido de mi corazón fue suyo…

La inocencia jugó su papel…
y yo que no entiendo nada, tapé con vendas oscuras mi ojos…
dejé que la armadura cayera mientras hacíamos el amor…
y que aquella melodía de palabras me atara desnuda contra la pared para dejarme sentir y olvidarme de lo que fue…

Más que eso… amé…
Y hoy duele... nuevamente duele…
Mi voz se quiebra y su nombre se vuelve piedra…

Pero si alguna lección he aprendido,
es que a nadie se le obliga a dar lo que no puede, no quiere y no tiene…
quise ganarme, (no robarme) un pedacito de ese corazón,
pero su pecho está anclado a un mar incierto y profundo que no es el mío…
y yo... me sumergí sin conocer su nivel de turbulencia…

Ahora saldré a tierra firme y no alimentaré más mis ilusiones,
las semillas de baobab se siembran en corazones fértiles... para luego del después…