Te confieso que entenderme no es fácil, lo sabes, que estoy llena de manías, que el ruido me inquieta la muchedumbre me aturde, que vivo esclavizada del tiempo, que mis cosas se tienen que hacer de forma ordenada, que no soporto que toquen mis cosas sin que yo lo sepa, que me “muerdo” las uñas, que sueño mucho pero duermo poco, que a veces reacciono de forma irracional, que no aguanto las injusticias, que camino distraída y soy demasiado torpe en mis movimientos...
Te confieso que los domingos me gusta ir a misa, que hay días en los que lloro sin saber porqué, que soy bastante mala para algunos juegos,que me encantan los niños pequeños, y no puedo dormir si no escucho música antes...
Te confieso que jamás he presumido de bondadosa, pero no me gusta hacer daño a los demás, no soy rencorosa, ni vengativa, pero me gusta intentar ser justa, decir las cosas como las pienso,sin fijarme si con ello hago daño o no,que intento hacer sólo las cosas que quiero, no me gusta la presión, pero jamás hago las cosas por mal...
Te confieso que hay momentos en los que me gusta escaparme con mi soledad, y caminar sin ningún destino, me dan ganas de abofetear las sonrisas fingidas, hasta las mias propias, no deseo nada a los demás que no me guste para mí, y con frecuencia me olvido de aquellos que son mis “enemigos”, porque para mi no son importantes...
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